Publicado por Miguel Jara el 22 de Enero de 2010
El juzgado de distrito de San Luis ha concedido una indemnización cercana a los dos millones de dólares a dos agricultores cuya cosecha arrocera resultó contaminada por variedades transgénicas de la Bayer CropScience AG. Este proceso se puede considerar como un primer ensayo de las 3.000 demandas de los cultivadores de arroz damnificados en los estados de Misuri, Arkansas, Texas y Misisipi.
«Es un gran éxito para todos los agricultores estadounidenses damnificados por la contaminación con “Liberty Link”», afirmó Johnny Hunter, uno de los dos litigantes, quien añadió: «Espero que este fallo obligue a la firma BAYER a suspender sus irresponsables programas de prueba». Los miembros del jurado consideraron que la compañía mostró «negligencia» en cuanto a las medidas de seguridad y aceptaron casi la totalidad de las reivindicaciones del Sr. Hunter. Adam Levitt, uno de los abogados de los demandantes, espera que el monto de las indemnizaciones por daños y perjuicios alcance varios cientos de millones de dólares. Los próximos juicios tendrán lugar en enero.
En 2006, hizo su aparición en el mercado el arroz de grano largo transgénico «Liberty Link», resistente al peligrosísimo herbicida «Glufosinato», si bien entonces esta variedad de arroz no estaba autorizada en ninguna parte del mundo. Llegó a contaminarse cerca del 30% de la cosecha estadounidense, por lo que tanto la Unión Europea como Japón paralizaron la importación de arroz de los EE. UU. Según un estudio de Greenpeace, los daños a los agricultores afectados ascenderían a mil doscientos millones de dólares. BAYER y la Universidad del Estado de Luisiana habían realizado unos años antes pruebas en campo abierto con esta especie transgénica, lo que pudo provocar el cruce de variedades. No obstante, no ha sido posible determinar el origen exacto a pesar de llevar años investigándolo.
Philipp Mimkes, de Coordinación contra los peligros de BAYER (CBG de sus siglas en alemán) ha declarado que les complace la decisión adoptada por el tribunal de San Luis y exigen a BAYER que indemnice de forma inmediata a todos los agricultores damnificados, y conminan igualmente a la Unión Europea a que no autorice la importación de arroz «Liberty Link», pues no debe pasar por alto los riesgos ecológicos y sociales del arroz transgénico demostrados en los potenciales países cultivadores. El Sr. Mimkes reclama asimismo que el Gobierno alemán cumpla a rajatabla la normativa europea para no favorecer a los alimentos con ingredientes transgénicos, algo que ya se insinuó en el pacto de la coalición.
En el año 2003, el grupo empresarial BAYER solicitó la autorización para importar arroz de la variedad Liberty Link 62, solicitud que no llegó a aprobarse en ninguna de las numerosas votaciones del Consejo de Ministros, pero que a día de hoy aún no se ha revocado. Coordinación contra los peligros de BAYER ha presentado en repetidas ocasiones demandas de reconvención contra la junta general de BAYER a causa de los riesgos que el arroz transgénico entraña para el medio ambiente, los consumidores y los agricultores. El caso de los agricultores damnificados vuelve a demostrar una vez más que el cultivo de arroz transgénico conduce irremediablemente a la contaminación y a la extinción de variedades tradicionales de arroz. Cultivarlo en grandes extensiones tendría como consecuencia una mayor presencia de plagas y el consiguiente incremento del uso de peligrosos pesticidas.
Los agricultores de Estados Unidos (EE.UU.) comienzan a ganar juicios a las multinacionales biotecnológicas o de los alimentos transgénicos por la contaminación de sus cultivos. Ya son 3.000 los agricultores de arroz damnificados en los estados de Misuri, Arkansas, Texas y Misisipi. Lo último que sabemos, gracias al grupo Coordinación contra los peligros de BAYER (CBG de sus siglas en alemán), es que el juzgado de distrito de San Luis ha concedido una indemnización cercana a los dos millones de dólares a dos agricultores cuya cosecha arrocera resultó contaminada por variedades transgénicas de la Bayer CropScience AG. Durante este mes de enero se desarrollarán más juicios. La variedad transgénica de arroz “culpable” es la llamada Liberty Link. Se trata de una especie “de laboratorio” aparecida en 2006 que es resistente al peligrosísimo herbicida Glufosinato. El 30% de la cosecha estadounidense quedó contaminada y por ello la Unión Europea y Japón paralizaron la importación de arroz de los EE. UU.
El periódico Diagonal ofrece una interesantísima información que se esquematiza en el siguiente párrafo y que contiene un gráfico esclarecedor sobre la situación de los cultivos transgénicos en la Península Ibérica:
Desde 2008 no se publican las actas de la Comisión Nacional de Bioseguridad que tienen que hacer público en qué campos del Estado español se cultivan Organismos Genéticamente Modificados. Empresas como Pioneer, Bayer o Monsanto tienen las puertas abiertas para experimentar, a pesar de que recientemente ha salido a la luz un estudio, encargado y ocultado por la propia Monsanto, que demuestra que esta clase de cultivos puede causar daños en la salud humana.
De manera paralela, organizaciones de agricultores, consumidores, ecologistas y de cooperación han recurrido ante el Defensor del Pueblo por la imposición de los transgénicos. Denuncian que el Gobierno favorece los intereses de las multinacionalesfrente al derecho a una alimentación y una agricultura libres de transgénicos. Cómo no van a favorecer a estas megaempresas si a la cabeza del Ministerio de Ciencia y Tecnología se encuentra la fundadora de la empresa de biotecnología Genetrix y ex máxima responsable del mayor lobby de los alimentos transgénicos en España, ASEBIO. Por lo visto la respuesta del Defensor del Pueblo ha sido positiva y su equipo jurídico va a seguir trabajando con estas organizaciones que denuncian los peligros de la agricultura transgénica y químico tóxica.
Les deseo, como es lógico, lo mejor, aunque me pregunto qué conocimiento real tienen los asesores del mencionado Defensor sobre los posibles efectos nocivos de los alimentos transgénicos cuando, en contestación a una reciente carta que le han remitido las víctimas de la Sensibilidad Química Múltiple, ha calificado, siguiendo la línea del Ministerio de Sanidad, de“enfermedad rara” este incapacitante síndrome provocado o agravado entre otros muchos factores por la alimentación químico tóxica.
Más info: El libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, 2009) documenta las nuevas enfermedades que están apareciendo por la contaminación ambiental.
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